El manejo del personal en una Pyme: ¿Podemos aplicar la filosofía de Cooperación y Amor incondicional?
Las pequeñas y medianas empresas son, por descripción natural, compañías de un número reducido de trabajadores. De hecho, la mayor parte de las pequeñas empresas están debajo de los 20, un número pequeño, pero al mismo tiempo retador, sobre todo cuando no hemos tenido, como propietarios, ninguna formación en gestión del recurso humano. ¿Qué estrategias de manejo de equipo podemos usar para ser mejores?
Pymes y equipos de trabajo
Las grandes empresas comienzan pequeñas. Primero hay un entusiasta emprendedor, luego se une alguien de su familia (o amiga/o), al poco tiempo contratan un primer trabajador, y así, el crecimiento se da de forma paulatina. En ese tiempo, hay mucha oportunidad de compartir la filosofía, los sueños, los modos de trabajo que nos enseñaron en casa, y en particular, los valores.
Pero de pronto llega “el éxito” y comenzamos a crecer. Tres, cuatro, seis, diez trabajadores… y ahí suceden “cosas”: hay quienes toman cosas sin avisar, llegan tarde, dejan de atender a los clientes con toda su alma, se equivocan en los pedidos, se disputan con sus compañeros, y lo que era antes, deja de serlo para convertirse en algo que no sabemos controlar de la mejor forma.
–¿Qué hago? –Se pregunta el propietario. –Si antes funcionábamos muy bien!
“Después de niño ahogado…
… a tapar el pozo”, dice el refrán. Las luces de alarma se encienden y los jefes comienzan a tomar medidas: “Prohibido tomar las cosas sin avisar”, “Descuento en el sueldo si se equivocan”, “No permitiremos peleas entre compañeros”, “A partir de mañana, usaremos un reloj checador”… y así, la poca confianza que aún existía en el equipo, termina por romperse.
Lo repetimos: son pocos los afortunados directores que llevaron un curso de gestión de recursos humanos, de comunicación o de gestión del conflicto. Y los que lo tuvieron, normalmente aprendieron desde una filosofía economicista que reza que “la empresa exitosa es la que tiene a los trabajadores como soldaditos” (o casi). Sin darse cuenta, los directores reman justo en el sentido opuesto que les dio origen: pasan de la pasión y el amor por su proyecto, a la filosofía de la zanahoria y el garrote.
Nada más equivocado. Al menos, desde la visión Mi2U.
Y entonces, ¿qué podemos hacer?
Lo primero que les diríamos en Mi2U sería: “pensemos qué podemos hacer, antes de tomar una decisión abrupta y equivocada“. Lo segundo que diríamos es: “Si no tienes muchos conocimientos en el tema, busca ayuda“.
Enseguida, les pediríamos recordar cómo era la organización cuando funcionaba bien: lo más probable es que recuerden que se soñaba, que los dueños tenían tiempo para compartir una comida con sus trabajadores, que la mayor parte de la capacitación se hacía en la práctica, con los dueños dando el ejemplo. ¿Qué pasó entonces?
Seguramente que el “éxito” los tomó por sorpresa. Y ponemos “éxito” entre comillas, porque el éxito, frecuentemente lo seguimos calificando como lo económico… olvidándonos de la importancia de los equipos y de las personas, como bien lo escribió el poeta León Felipe, en la época de la Guerra Civil española.
“¿Qué pasó?” repetirían los dueños. Que la empresa creció y dejaron de tener el tiempo para atender a los trabajadores como antes… “¡Pero si me pides que vuelva a eso, es imposible!”, reafirmarán, “No tengo tiempo para esas cosas.”
Cierto, cierto… ¿podemos hacer algo más?
La filosofía de Cooperación y amor incondicional
En Mi2U creemos que se puede trabajar de otro modo, solamente que es muy fácil caer presa de la desesperación y la urgencia. Finalmente, es más fácil poner un reloj checador, que dedicar un tiempo a capacitar en la filosofía empresarial… pero les tenemos una mala noticia: el reloj checador no comparte la manera de pensar de la empresa, tampoco es más humano, ni piensa en el largo plazo. Solo resuelve necesidades que subsistirán, porque el descontento en la empresa hará que los trabajadores se vayan, y luego vengan otros, y otros… y así.
Como algunos de nuestros lectores lo saben, Mi2U tiene en uno de sus aliados principales a Tierra del Sol , una organización enfocada en la agricultura regenerativa, que comparte nuestras ganas de cambio y con quien nos inspiramos mutuamente. Para ellos, la filosofía de Cooperación y amor incondicional, viene de la forma en que las plantas y los elementos de la naturaleza se organizan. Cada uno de ellos brinda sus mejores habilidades en favor de la vida: sus nutrientes, sus minerales, el esfuerzo de crecimiento y los pone a la disposición de las demás plantas. Si una requiere el fósforo que la otra puede capturar, se lo comparte a través de las raíces; si la otra necesita nitrógeno a cambio, se lo comparte de igual forma… y el amor incondicional viene porque cada planta se sacrifica para que lleguen las mejores semillas y pueda así reproducirse.
¿Lo podemos aplicar en la vida de los humanos? ¡Sin duda, pues formamos parte de esta red de la naturaleza!
Solo es cuestión de pensar y replantear nuestras prioridades.
El ejemplo práctico y concreto
–Difícil, –dirán unos– lo hemos intentado y siempre los equipos se saltan las trancas.
¿Y quién dijo que era fácil la vida?
Esta semana se prendieron luces amarillas cuando el equipo de Tierra del Sol pensó en hacer “checar tarjeta” a sus trabajadores, “porque estaban llegando tarde”. De hecho, ése era uno de los puntos de la reunión que estaba por suceder: avisar que se comenzaría a medir la hora de llegada.
Rápidamente argumentamos que en un equipo pequeño, aún es posible llamar al orden reconociendo el esfuerzo (porque si bien es cierto que hay quienes llegan tarde, también están los que se van después de la hora de cierre. ¿No les romperíamos el ánimo, pidiéndoles anotar entrada y salida?), y que era una buena oportunidad para apelar a la filosofía de la empresa.
Así que después de charlar con la dirección, optaron por “cambiar el chip”: en lugar de pedir que comenzaran a “checar tarjeta”, le recordaron al equipo que la empresa hacía todo un esfuerzo para que las nóminas estuvieran a tiempo, para generar un buen ambiente laboral, y que se reconocía a quienes hacían un esfuerzo adicional, sin embargo, se dijo, “también nos parece importante que, como acto de justicia hacia el resto del equipo y hacia la empresa, cumplamos con nuestros horarios de entrada y salida, puesto que así, lograremos hacer reuniones a tiempo, mejorar la comunicación, por supuesto, reconociendo que puede haber situaciones especiales que tengamos que analizar por separado.”
Todos los presentes asintieron y lejos de poner resistencia, comprendieron que la empresa sí es distinta y busca efectivamente, establecer unos criterios de relación más estrechos y amistosos, donde la cooperación y el amor incondicional, son centrales.
En conclusión: ¿No todas las empresas son iguales?
¡Definitivamente cierto! Cada empresa es “hija” del ADN de sus fundadores: tiene características propias y sueños personales, pero al mismo tiempo comparte con otras organizaciones sus retos de trabajo en equipo, de mejora continua, y de calidad de vida. ¿Cómo quieres que sea tu empresa?
También en Mi2U nos damos a la tarea constante de recordarles a nuestros aliados el propósito de su organización. Por suerte, nuestros aliados no solo piensan en dinero, sino en el medio ambiente, en la salud (física y mental) de la comunidad y de sus trabajadores: ellos quieren hacer una diferencia.
Es verdad que en ocasiones la desesperación y la urgencia le quieren ganar a la filosofía y a la confianza, pero nosotros, desde nuestro trabajo de equipo y conjunto, estamos ahí para recordar que lo más importante es llegar todos juntos y a tiempo, como dijo León Felipe.
¡Cuida a tu empresa y a tu equipo: son la razón por la que existes!
Sam es responsable del área de ventas y Relaciones Públicas de Mi2U. También realiza consultoría de acompañamiento con algunos de nuestros aliados.